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Con actuaciones de Ricardo Velastegui, Angie Gonzalez, Alfredo Salomon y Danilo Esteves, hay funciones programadas este 16, 17, 22, 23 y 24 de junio.

Cuando una grave acusación recae sobre un profesor de natación, las autoridades del centro educativo, los padres de familia y otros docentes se verán enfrentados en sus opiniones sobre lo ocurrido y las acciones que creen que deben tomarse en consecuencia.

Cada uno, por supuesto, hablará desde su verdad.

La obra El principio de Arquímedes del catalán Josep Maria Miró, ganador del Premio Nacional de Literatura Dramática 2022, invita además a los espectadores a jugar un papel activo en la trama de la puesta en escena que, hasta finales de mes, se presenta a partir de las 20:30 en Estudio Paulsen (barrio Las Peñas). ¿El protagonista será culpable o no para usted?

¿Cuál fue el proceso creativo detrás de El principio de Arquímedes?

Siento que el texto es más actual ahora que cuando lo escribí (en 2011) porque toda la sociedad de las fake news o del linchamiento a través de las redes sociales fue en su momento una intuición y ahora, en cambio, es la tendencia social hacia la que hemos ido (…) Además, al empezar la primera década del 2000 tuvimos una cosa tremenda que fueron los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos y a partir de allí se instaló un mundo con políticas de miedo, de control y de seguridad y me parece que ‘Arquímedes’ habla mucho de ese mundo que, a favor de la seguridad, lo que hace es encontrar mecanismos de control sobre el ciudadano, sin que eso signifique que el abuso infantil deja de ser realidad, y de hecho lo mencionan los personajes dentro de la obra.

¿Cuán delicado fue abordar esa temática

Es una obra que no resuelve, que quien resuelve es el espectador en función de su miedo, en función de sus prejuicios, en función de algunas cosas que no son objetivas. A mí me han preguntado muchas veces si el protagonista es inocente o culpable y yo no lo contesto nunca, incluso cuando trabajé con mis actores, siempre lo hicimos desde una hipótesis, pero no queremos darle la respuesta al espectador. Teatralmente no hay nada que me parezca más burgués, que ese teatro que lo que haces decirme cómo tengo que pensar y por el contrario, ‘Arquímedes’ es una obra que busca que el público reflexione.

También la forma en que está diseñada la puesta en escena es muy particular, no es lineal.

La obra está escrita en la manera en que solemos recibir la información, fragmentada. Y es solo a medida que pasan los días que, ya sea viendo un noticiario o leyendo el periódico, vamos obteniendo más datos y construyendo una opinión. Para mí es una estructura al servicio del relato.

¿Por qué convertir al personaje específicamente en un profesor de natación?

Era importante que esta obra pasara en una piscina donde hubiera educadores y niños (también habría funcionado en una clase de gimnasia), donde el contacto físico fuera imprescindible. Es un espacio donde inevitablemente tenemos el contacto entre un adulto y un niño, donde por la actividad los cuerpos están semidesnudos y por eso ese contexto provoca todos esos conflictos, todas esas preocupaciones que podemos tener como adultos y como padres. De hecho, los educadores y los padres son dos públicos muy sensibles a la obra porque suelen encontrase con muchos conflictos y malos entendidos con los padres.

Los mismos personajes se refieren a un antes y después en la educación y la crianza de los niños

Josep Maria Miró trabaja actualmente en su proyecto planes solteros en san pedro del pinatar, un espectáculo alrededor del transformismo y que presentará en el Festival Grec de Barcelona a mediados de julio. “Hemos decidido presentarlo en un lugar no convencional ni teatral y escogimos la cárcel La Modelo, un espacio donde hubo mucha represión de todo tipo y sobre todo represión a las diferencias de orientación sexual e identitaria”.

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